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sábado, 14 de abril de 2012

Vive.

Miraba por un gran ventanal el mismo recorrido que se desplazaba cada día mientras yo estaba quieta. A veces me da por pensar que no soy ya la que se mueve, sino que es mi alrededor el que no para de hacerlo y juega a que yo sea el centro del mundo, el eje que toman para ir desplazándose a su antojo farolas, árboles y personas. Escuchaba diferentes maneras de cambiar mi estado de ánimo provenientes de unos cascos, cuando ella ha subido al autobús con la misma cara de sueño que tenía yo, la única pasajera hasta ese momento. Numerosos asientos vacíos la miraban, pero lejos de buscar soledad ha decidido sentarse a mi lado después de dedicarme una sonrisa a modo de pedida de permiso. Escondía bajo un gorro las consecuencias de su lucha. Me miraba y me volvía sonreír. Mi brazo contactaba con su piel pálida y conseguía transmitirme el miedo de sus temblores mientras agarraba con fuerza el bastón que la ayuda a mantenerse en pie. Me volvía a mirar y me volvía a sonreír. Y mientras yo pensaba que mi vida estaba estancada, que pierdo el tiempo estudiando lo que no quiero y que no sé por dónde ir, he podido escuchar mientras se levantaba con cuidado: "próxima parada: hospital".
La he mirado y la he dedicado mi mejor sonrisa escribiendo en ella las palabras ánimo y suerte. Y me ha mirado y me ha sonreído con fuerza, gritándome, con su mueca, vive.


3 comentarios:

  1. ¿Te he dicho alguna vez que me encanta cómo escribes? A veces no hay mejores consejos que los que se esconden en las miradas y en las sonrisas. Haz caso a éste y ya verás como ves las cosas que te pasan, incluso las malas, de otra manera.

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  2. Oh, muchísimas gracias Juan :)
    A mí me encanta ver tus comentarios, siempre.
    Sí, me ha hecho pensar que lo importante no es pensar en el futuro. Conformémonos con vivir el día a día, y lo que venga, pues...vendrá.
    ¡Un abrazo muy fuerte!

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  3. Pues mira que lo tienes fácil para eso, con escribir más me tienes contento y seguro que te ganas mi comentario, je, je, je... Y con las ganas de vivir suelen venir las ganas de escribir...

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