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miércoles, 17 de agosto de 2011

Voy a arrastrar mi colchón hasta la cocina y lo colocaré justo enfrente de la nevera. Meteré los pies en el congelador y esperaré a que el frío llegue a mi cabeza para poder dormir agusto. Abrazada a una bolsa de hielos y abandonando a mi peluche en el infierno que se ha convertido mi habitación. Cuatro paredes que arden y chorrean gotas de sudor. Dejaré de dar paseos por el salón a las tantas de la madrugada y de darle vueltas a la cabeza a cosas a las que no debería darle demasiada importancia. Quiero dormir, sin que ardan las sábanas . Y notar que viento frío se enrede en mis pies y me haga bostezar sin problemas.
Los sueños huyen a un sitio más frío. No se lo tengo en cuenta...

6 comentarios:

  1. La verdad que metafóricamente o literalmente, el calor impide dormir tranquilo. No hay nada peor que dar vueltas y vueltas en la cama con las sabanas pegados al cuerpo y con pensamientos repetitivos, y si a eso le añades insomnio... te puedes acabar durmiendo a las 8 de la mañana, como me ha pasado hoy. Yo me metería directamente en el congelador.

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  2. Creo que esta noche probaré eso de meterme entera en el congelador,a ver si logro no derretirlo. ¿A las 8 de la mañana? Vaya... yo sólo aguanté hasta las 5. Hoy...¿un nuevo récord? ¡Espero que no!
    Gracias. :)

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  3. Creo que mi record está en no dormirme directamente, pero sí, cada día me supero un poco. Cierro los ojos cuando los demás los abren, pienso a oscuras, mientras todos duermen.

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  4. Me sumo a los que no soportan el calor veraniego nocturno. Deberíamos hacer un club y quedadas para apoyarnos mutuamente, je, je, je...

    Me pregunto en qué pensabas a esas horas que no debías pensar...

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  5. Jajaja estaría bien. ¿Puedo ser la presidenta del club?

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