No podía permitir que los mejores años de mi vida se acabasen así, sabiendo que cuando acabases de meter todo en la maleta te irías arrastrándola por la moqueta y ella a su vez arrastrando al silencio que me impedía pedir que te quedases y me abrazaras hasta que se hiciese de día. Vi cómo mis ganas trepaban por tu ropa y tus pertenencias e intentaban salir de esa maleta llena de recuerdos y de impares. Vi cómo se arrastraban por el suelo y llegaban a mis pies. Crecieron como una sombra lo hubiera hecho al acercarse al foco de luz y me empujaron para hacerme reaccionar, haciéndome llegar a una mesa vacía con un paquete de post-it sin abrir en el centro y un rotulador destapado que me pedía a gritos que lo hiciera mío.
" Quédate y te prometo que dejaré que beses mis orejas."
Lo pegué en la puerta para que cuando acabases y te marcharas lo vieses . Mientras yo esperaría sentada en el sofá a que salieras de la habitación y te dirigieses a la puerta para salir y te lo encontraras. Saliste entre sollozos y te deslizaste por el pasillo agarrando la maleta sin fuerzas , simulando una sombra de recuerdos que nacía de tus pies . Cuando llegaste a la puerta pararon de sonar las ruedas de la maleta y tus sollozos se convirtieron en silencio. Esperaba a que soltases la maleta y vinieras corriendo a besarme,pero el sonido de la puerta de la calle al cerrarse me apuñaló una vez tras otra y sentí cómo una mano estrujaba mi pecho sin compasión. Me levanté mareada del sofá y corrí a la puerta sin apenas ver nada para comprobar si de verdad te habías ido. Lo único que encontré fue mi post-it arrugado en el suelo y una puerta cerrada que aumentaba de tamaño al ritmo de mis latidos. Recogí el post-it del suelo y lo estiré para volver a leer las palabras que habían intentado ayudarme a recuperarte pero que no lo lograron. O no lo logré yo, no echaré las culpas a nadie ni a nada. Pero las letras habían cambiado de forma y de posición.
" Deja que me quede ,me encanta desayunar cafés con sal si son tuyos."
Abrí la puerta que había dejado de crecer y te vi en el rellano, pisando el "bienvenido" de nuestro felpudo. No lo tuve en cuenta, no era necesario que un felpudo te diera la bienvenida. Eras EL bienvenido. MI bienvenido.
Me has dejado sin palabras. De verdad, me encanta, qué angustia al leer y querer saber qué pasaría después.
ResponderEliminarUn beso!
¿De verdad? :D ¡Muchísimas gracias!
ResponderEliminarUn beso enorme Immer. :)
Guao burbuja!
ResponderEliminarCada día te superas eh!!
A mí también me has dejado sin palabras!
un besazo! ;)
Maríaaa :)
ResponderEliminar¡Muchas gracias!
Otro para ti. ^^