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miércoles, 23 de marzo de 2011

Parte II

Recojo los cubiertos de mi padre y los vuelvo a meter en el cajón.
-¿ Y Mario ? ¿Va a venir a comer? - mi hermano digamos que es un okupa en casa de Carolina y pasa por aquí sólo para dormir y comer de vez en cuando. Es de esas personas que es cariñosa simple y únicamente con su novia, pero con los demás ,entre ellos yo, evita pronunciar más de dos palabras. Y cuando digo persona cariñosa,quiero decir persona empalagosa a más no poder , más o menos similar a comerte un bote entero de miel a cucharadas y beberte mientras tanto una botella de chocolate Paladín.
-No, ha invitado a comer a Carol por su cumple-mes. Van a ir a un restaurante asiático que han abierto hace un par de semanas. 
-¿Mario? ¿ Invitar ? ¿ Restaurante asiático ? Tantas cosas sin sentido han bloqueado mi cabeza, jefa, apártese, Esther va a explotar en tres, dos, uno...¡ PUM! - por intentar hacer la gracia tiré accidentalmente uno de los vasos que acababa de poner en la mesa,con tan mala suerte que los minúsculos cristales fueron a parar a mi plato de (delicioso) revuelto de verduras. Si hubiese sido aposta no habría salido mejor.
-¡ ESTHER ! ¡ Mira lo que has hecho ! Que sepas que no va a ser escusa, quiero ver ese plato comido.
-Pero mamá, ¿cómo me voy a comer esto? ¿no crees que tengo suficiente con el aparato dental como para destrozarme más la boca? No tienes corazón.
-Bueno,vale. Tíralo y dame otro plato que te vuelvo a echar. No te preocupes,no te vas a quedar sin comer tu comida favorita.- Odio cuando utiliza este tipo de ironía. ¿Mi comida favorita? Sueño con el día en el que llegue a casa y huela desde la escalera al riquísimo pollo asado que me hacía cuando era pequeña. Maldigo el día en el que mi padre,en un ataque de romanticismo, llegó con un regalo bajo el brazo. Mi madre,ilusionada, lo abrió sin tener piedad con el bonito papel plateado que lo envolvía y su cara cambió cuando vio que lo que escondía  era un enorme libro de recetas de verdura para perder peso. Mi madre pensó que el jefe insinuaba que sus clases de aeróbic no funcionaban como ella creía y le tiró el libro a la cabeza. Pobre papá, estuvo una semana con una bolsa de hielo en la frente .
Cogí el cepillo y empecé a recoger los cristales que se habían caído al suelo.Ya sentadas en la mesa, miraba mi nuevo plato de verduras con una cara no muy alegre. La jefa estaba sentada en frente de mí ,y a mi derecha, el plato de revuelto de cristales con pequeña guarnición de verduras no paraba de mirarme y de echarme en cara que no había logrado librarme de los pequeños vegetales. Cogí el tenedor y comencé a apartar la zanahoria. Odio con todas mis fuerzas la zanahoria ,es superior a mí.
-Esther,deja de escarbar como las gallinas,cómete todo lo que hay en el plato, además, la zanahoria es muy buena para la vista.
-Mamá, yo no tengo la culpa de tu frustración. Estas cosas sólo las comen los animales. Las zanahorias son para los conejos,y lo verde para las vacas.
-Esther, tus dientes,antes de tener el aparato ,eran similares a los de un conejo. Y ,por favor, no me hagas hablar del tamaño de tu trasero,podría compararte con una vaca.- ¿ Ahora entendéis por qué he estado dos años yendo al psicólogo ? En fin.
Cada vez que meto el tenedor en la boca,me meto rápidamente un trozo de pan . Con la otra mano me tapo la nariz para que la zanahoria no me provoque arcadas. No quiero vomitarlo,no sea que mi madre me obligue a comérmelo. Después de lo de los cristales no me extrañaría nada.

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