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domingo, 27 de febrero de 2011

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Me sitúo en uno de los cuatro rincones de mi iluminada habitación. Apoyo mi espalda en la pared y dejo que mi cuerpo vaya descendiendo poco a poco hasta llegar al suelo. Mi cara transmite preocupación. Cuando consigo sentarme en el frío suelo,apoyo los codos en las rodillas y tapo la cara con mis manos. De repente oigo voces y abro los ojos para buscar su procedencia. No hay nadie en la habitación más que yo, "me estoy volviendo loca",pienso. Vuelvo a cerrar los ojos,esta vez apoyando la cabeza en la pared. Vuelvo a oír las mismas voces de antes. Entonces miro hacia todos lados y ,para mi sorpresa, encuentro sobre mi hombro derecho una miniatura de mí vestida de angelito. Comienza a decirme amablemente que me he comportado mal.Su vocecita fue interrumpida por otra voz más grave que venía de mi hombro izquierdo.Era otra miniatura de mí,esta vez vestida de diablo.Me gritaba divertidamente que no pasaba nada y que lo mejor que podía hacer es dejarme llevar.Mi cabeza daba más vueltas que nunca y las voces retumbaban en mis oídos.Yo quería que parasen pero sólo oía voces cruzadas diciendo "no deberías haberlo hecho","pero,¿por qué no? no es tan grave" , " ¡Le conoces poco! ", " ¿Qué más da? " ,y un largo etcétera. Aturdida cierro los ojos fuertemente y agito mi cabeza para que desaparezcan,pero no funciona.Las voces siguen golpeando mis sienes como un martillo. Decido levantarme bruscamente del suelo y un fuerte "¡BASTA!" es suficiente para espantarles.Por fin se van,dejándome más confundida aún.

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