La tremenda lluvia y los incidentes que me habían ocurrido antes de llegar al sitio de nuestro encuentro hicieron que pensara que todo iría desastrosamente,según había empezado la tarde. Fueron dos minutos de espera que resultaron eternos,y por fin, te vi. Una tranquilidad atípica me invadió cuando apareciste.Recorrimos la ciudad entera,haciendo con nuestras risas que la lluvia cesara,dándose por vencida al no poder ser la protagonista de esa tarde en la que sólo lo eras tú.Nos metimos por rincones que no sabía ni que existían,a mitad de la empapada tarde, ya muy oscura.Más risas y miradas que lo decían todo,miradas que hablaban por sí solas.Y al fin te lo dije. Tú lo sabías desde un principio, e hiciste que la tarde se convirtiera en un juego.Yo te daba pistas y tú lo adivinabas.Los dos sentados,muy muy cerca.Me mirabas fijamente,haciendo que mis ojos aguantaran frente a los tuyos unos segundos,para más tarde acabar su recorrido en otro lugar que no fueras tú.Para mi sorpresa, tu reacción fue la que menos me podía esperar.Sabías muy bien que estas cosas me ponen muy nerviosa,y tú,para ponerme más nerviosa aún,te acercabas cada vez más,hasta llegar a tocarme.Me propusiste un trato: Voy a mirarte muy muy cerca,fijamente,sin quitar la vista de tus ojos,mírame tú también y haz lo que te apetezca en ese momento. No hace falta que te jure que lo que más me apetecía en ese momento era lanzarme a tus labios,esos que pasé toda la tarde observando sin que te dieras cuenta.Me decías de una forma indirecta que me lanzara,que hiciese lo que me apetecía,repitiéndolo una y otra vez,convirtiéndose ,de esta forma,en una manera directa.Llegaba la hora de irme.Me acompañaste hasta el final del trayecto.Para más sorpresa,si cabe,me propusiste vernos otra vez .Yo ,sin duda alguna, era lo que más quería.Me sonreíste por última vez y te fuiste.Hasta muy pronto :)