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sábado, 16 de julio de 2011

Señales.

Quién te dice a ti que esos corazones e iniciales rayados en ese banco no sólo sigan durando en la madera. Alomejor quienes lo marcaron ya no se acuerdan de que lo hicieron. Ni de sus nombres. Quién sabe si esa canción consiguió conquistar a esa chica y si las cartas de amor siguen en el segundo cajón de arriba a la derecha, en la habitación de aquel chico. Si sus palabras han vuelto a ser leídas o si han sido olvidadas y el único que las recuerda es el bolígrafo que las creó. Que llora tinta azul cada vez que se acuerda de ellas utilizando al folio como hombro para su llanto. Yo cuando voy por la carretera y veo en medio del campo un cartel publicitario lo único que veo es tu cara. Las señales de tráfico se convierten en consejos para ganarme tu cariño y los radares no hacen más que avisarme de que no vaya tan rápido. Que frene y me tranquilice. Stop. Modere la velocidad.
Y me he dado cuenta de que hay conversaciones y detalles que se acaban olvidando. Que da igual que te tatúes su nombre en la frente y lo mantengas toda la vida. Que no importa que claves su foto en el corcho y la veas cada mañana al despertarte. Porque lo que realmente perdura en el tiempo es la marca que se queda por dentro. La que nadie ve y sólo tú sientes.

4 comentarios:

  1. Y esa marca a veces, duele... y hace preguntarse ¿también a él, también a ella?

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  2. Sí, es verdad. Las malditas preguntas siempre nos atacan.
    Un beso ^^

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  3. Guao burbuja! me encanta!
    Tienes razón... hay recuerdos que se olvidan y no vuelven jamás. Pero hay heridas que desgraciadamente nunca se olvidan.

    Me ha encantado tu entrada!
    Me alegro volver por aquí ;)

    Besazos!

    María,

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  4. ¡María! me alegra ver que has vuelto ^^.
    ¡Un beso grande!

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