Sentado, relaja sus pies en la alfombra y posa sus manos sobre un cuerpo femenino. Sus dedos manejan con afable perfección cada uno de los ángulos de su figura y se deslizan con sosegada rapidez por sus extremidades. Acaricia su boca coloreada de un divertido pinta labios negro y roza sus dientes ,especialmente brillantes, con la yema de los dedos ,como si posara sus manos sobre un piano de cola. Ella se encarga de la música. Mezla suspiros y risas para crear una melodía irrepetible. Sin posibilidad de volver a escuchar exactamente la misma sintonía. Además sus pestañas bailan y el vello se levanta cuando él se acerca, como cuando frotas un globo y la energía y la magia se encargan de todo lo demás.