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lunes, 13 de febrero de 2012

Doce.

Llega un momento en el que no sé si alegrarme al verte o no hacerlo. Me encuentro entre el mundo de la alegría y la preocupación del "después". Atrapada entre medias sin una mano que me ayude a quedarme en uno de los dos. Sé que me alegro. Mucho. De hecho te busco siempre que puedo, pero tú nunca apareces en ese sitio al que una vez bautizamos como nuestro. Pero te miro y cada pared de ese lugar me grita en forma de un eco ensordecedor nuestras carcajadas de aquel verano. Una tras otra y sin repetir ninguna, ya ves, hubo tantas. Cada baldosa, cada espacio de tierra y cada pedacito de calzada por el que pasamos una y otra vez, ahora me pisan y me hacen daño. Consigo Intento autoconvencerme de que me hace bien no verte, pero en ese lugar, si tu sonrisa no está, los recuerdos vienen a por mí y me machacan en un día doce como el de ayer. Y parece que es cierto que cuando dejas de buscar, las cosas aparecen solas. Ahora, que prefiero no verte aunque lo esté deseando, volveremos a ese mismo lugar, volveré a escucharte respirar mientras duermes y me quedaré despierta para verte soñar, aunque no sea conmigo.

4 comentarios:

  1. Sin prisas, poco a poco dolerá menos, hasta que encuentres ese punto en el que el recuerdo simplemente te haga sentir bien. ;)

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  2. Deseo ese momento :)
    Las esperas siempre parecen muy largas hasta que pasan y las recuerdas como algo no tan exagerado. Será el momento...la situación.
    ¡Muchas gracias por comentar!
    Mmmuá. ^^

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  3. No lo fíes todo al tiempo, ¿eh? Que lo cura todo, eso es verdad, pero tienes que poner de tu parte, quédate despierta sólo por quien sueñe contigo, y cuando quieras ver a quien querer busca un espejo y mírate. Que si no te miras, no recuperas la alegría y escribes menos y más triste, y eso no me gusta...

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  4. He hecho algún avance que otro, y, de verdad, lo estoy intentando.
    Es cierto que voy escribiendo menos, no quiero repetirme y ahora me cuesta expresar las cosas por miedo a decir siempre lo mismo, pero no lo consigo. Será que sigo triste, aunque debo admitir que la sonrisa va saliendo cada vez más.
    Me miraré al espejo hoy y, sonriendo, diré "te quiero". :D
    Muchas gracias Juan, como siempre.
    Un abrazo lleno de cariño.

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