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domingo, 27 de noviembre de 2011

Quiero no querer quererte.

Me dolían los ojos de aguantar las lágrimas. Querían hacer un tapón para no salir, pero no consiguieron cerrar la salida. Lágrima tras otra que no acababa nunca. Una lágrima por recuerdo, otra por beso, por abrazo y otra por cada una de las ganas de volver a tenerte para mi. Pongo empeño en no mirar atrás. En no girar la cabeza para ver cómo te alejas dejándome sólo una cajita con todos los recuerdos que vivimos. Pero me doy cuenta de que delante de mis narices tengo un espejo retrovisor que no deja de mostrarme tu imagen. Tu huida. Nuestra historia y mi sonrisa. Y si me tumbo en medio de nuestra ciudad sólo escucho con la oreja pegada al suelo las risas y los besos que me regalabas justo allí. A pesar del gentío y del ruido del alrededor. A pesar de los esfuerzos por levantarme del suelo. Sigo pegada a la acera. Pegada al dolor y a la sensación agridulce de recordar. Más pegada a ti cada día. Y también me mezclo con la sensación de saber que algo te hace daño pero lo necesitas más que a nada. Que eres tú la primera que sabe que no debes. Que no tienes. Y que no deberías de querer. Pero también sabes que por mucho que pienses eso, lo vas a seguir necesitando. Vas a seguir llorando y vas a seguir recordando. Y también deseando que me devuelvas lo que un día fue mío. O bien mi bienestar y mi sonrisa antes de todo esto. O bien devuélveme a ti, que lo prefiero.

Concéntrate por última vez, y escucha mis latidos. Lentos. Muy lentos.

5 comentarios:

  1. Es difícil cuidar los latidos cuando no se quieren escuchar. Gran Realidad.

    Hagamos un club

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  2. Hahahah, ahí te voy a dar la ra-zóooooon (Lo de firmar xD)

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  3. Xion :) gracias por comentar, lo primero; y lo segundo, tienes toda la razón en eso de que es difícil cuidar los latidos cuando no se quieren escuchar. Él ya no quiere escuchar, ni ver, ni nada que tenga que ver conmigo. Así que... hagamos ese club.
    Un abrazo ^^

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  4. Pues si no es capaz de entender lo que has explicado con estas palabras, yo prefiero que recuperes la sonrisa y el bienestar por tu cuenta... Razones tendrás miles y personas seguro que habrá muchas que se las ganen.

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  5. Sí, eso haré. Hoy me desperté con los ojos más abiertos que nunca... Y hoy, voy a sonreír porque me da la gana. Ojalá él me viera hacerlo. ;)
    Muchas gracias Juan, ¡un beso!

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