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viernes, 29 de julio de 2011

Ü

Cuando era pequeña me encantaba ponerme de rodillas en el asiento trasero del coche mirando cómo la carretera huía de nosotros. Abrazada al aposacabezas como si en algún momento se fuera a convertir en alguien. Veía cómo el mundo corría hacia adelante, cómo las líneas discontinuas se fugaban y las señales de tráfico con ellas. Me gustaba la sensación de ir alrevés. De avanzar mirando lo que dejaba tras de mí. Supongo que de ahí viene mi manía de mirar al pasado. No quería que se acabase. Sólo quería que el coche parase en los semáforos. Únicamente en los semáforos. Aprovechaba cuando se ponía en rojo para observar al coche que estaba detrás del nuestro. Frente a mí.  Siempre saludaba pero no siempre tenía respuesta. Algunos se hacían los despistados y aprovechaban para mirar por la ventana o simulaban buscar una emisora nueva haciendo que toqueteaban la radio. Otros,simplemente me devolvían el saludo con la mejor de las sonrisas. Y yo lo agradecía con otra ,intentando que compitiera en sinceridad. Seguía a los coches con la mirada y me daba pena perderlos de vista en cualquier esquina. Todavía hoy sigo haciendo lo mismo. Sin necesidad de ponerme de rodillas en el asiento trasero. Es suficiente con mirar por la ventanilla y observar los coches que pasan por mi lado. Ver a la gente que está dentro. Ver caras desconocidas que no sé ni de dónde vienen ni hacia dónde se dirigen. Me gusta ver cómo bailan agarrados al volante o leerles los labios cuando cantan para ver si coincide con lo que yo estoy escuchando. Y me encanta ver que un niño se arrodille en el asiento trasero del coche de delante y saludarle antes de que lo haga él. Y que me sonría antes de que lo haga yo. Conversando a través de sonrisas hasta que una esquina nos aleje.

8 comentarios:

  1. ¿Sabes que la última frase es una de las más bonitas que he leído en mucho tiempo...? Una conversación de sonrisas, qué bien suena eso...

    Yo sigo mirando a través de la ventanilla, siempre hacia el lado, los coches que adelantan al mío o que son adelantados. Y es curioso ver cuánta gente hace lo mismo.

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  2. :) Muchas gracias. La frase es bonita pero es más bonito tener ese tipo de conversación. Una sonrisa es mi gesto favorito. Ver cómo la boca se arquea y los ojos se achinan.
    ¿Verdad? yo nunca me canso de analizar a la gente que conduce.
    Muak. ^^

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  3. Yo hago lo mismo! :D
    Es geniaaaaaaaaal ^^

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  4. ¡Marcos! Veo que no soy la única. :P
    Muchas gracias :D
    ¡Un beso !

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  5. La verdad que los coches no me gustan mucho. A mí me pasa lo mismo con el tren aunque el aire no da en mi cara y sólo puedo conversar con las sonrisas desde lejos. Imaginar la vida que se esconde tras los ojos de cada persona que ves, me encanta.
    Me gusta todo lo que escribes últimamente (más de la cuenta :P)

    Soy imaginativaa una vez más blogger me tiene manía!

    Un beso

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  6. :) Esperaba tu comentario...¡cuánto tiempo!
    Sí, en tren también se puede. Es diferente pero es una sensación parecida con la gente que está sentada a tu lado . La gente que monta y la gente que baja...sin saber quiénes son e imaginar sus vidas.
    El caso es conversar con sonrisas :) y eso siempre se puede hacer cuando hay al menos dos personas,cosa que en un tren es mucho más fácil de encontrar.
    Muchas gracias Imaginativa :)
    Un beso muy grande.

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  7. Esas cosas que sólo hacemos de pequeños, en ciertas personas perdura en los años.

    Es lo que nos diferencia de la gente normal. :)

    Te sigo! Salu2!:D

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  8. Xiokah muchas gracias. Sí, hay cosas que nunca desaparecen por muchos años que pasen :)
    Muy bienvenido :D
    Un beso !

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