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sábado, 30 de julio de 2011

Control.

Puedo controlar la temperatura del agua con un simple giro de muñeca y el canal de televisión con pulsar un botón del mando a distancia. Controlar mis pies y poder parar de andar cuando quiero parar de andar. Y volver a andar cuando quiero seguir avanzando. Puedo controlar la luz de mi habitación y los sueños cuando estoy despierta. He intentado controlar los que tengo cuando duermo. Controlar el tiempo y el destino. El futuro y el pasado. Y ni siquiera he podido controlar el presente. He intentado muchas veces tener control sobre mis sentimientos. Engañar a mi cabeza y controlar los recuerdos. Controlar lágrimas y conversaciones. Pero me he dado cuenta de que las cosas más importantes de la vida son las que no deben estar bajo control. Y no voy a luchar contra eso. Simplemente me dejaré llevar por el destino, porque él siempre es quien conduce y yo un mero copiloto.
El control nunca se pierde. Simplemente dejas de controlarle para que te controle él.

3 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo!
    Las mejores cosas son las que no están planeadas...

    Me siento bastante identificad y genial como siempre ;)

    besos!

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  2. Pero no te olvides de echarle una mano al destino y decirle dónde quieres ir, ¿eh? Que a veces no sabe lo que hace y nos lleva a sitios que no queremos...

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  3. María muchas gracias :) como siempre ,también. :P
    ¡Un beso!


    Juan, siempre llevaré un mapa y le iré indicando. Otra cosa es que me haga caso cuando le diga que gire a la derecha o a la izquierda. El volante lo tiene él. Muchos besos. :)

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