¿Me das tu mano?

Es tan fácil...mucho más de lo que creemos. Es sencillo. Es juntar nuestros caminos. Si tú quieres te busco. Si no quieres, te persigo, nos escondemos y te hago cambiar de idea. Intento ganarme tu cariño. Te hago perder el sentido. Y si dudas de que te hablo en serio,probemos. Nos vemos y nos vamos. Juntos a ninguna parte. Separados a ningún lado. Así que cojo tu mano . Tú dudas si rechazarla. O no. Finalmente la agarras. Juntamos las palmas. Las tuyas sudadas. Mis manos pringadas de tu timidez. Las tuyas pringadas de mis ganas. Entonces te traigo despacio. Cada vez más juntos. No quiero que sobre nada de espacio. Que no exista aire entre los dos. Nos embasamos al vacío. Sin nada de viento. Ni frío. Ni aire ni desgana. Calma. Relájate. Noto cómo te cuesta respirar. Si te sientes incómodo,dímelo y paro. Paro de acercarte pero no dejo en intentarlo. Pero no me dices nada. Y levantas la otra mano. Para coger la mía. Para estar agarrados. Para pringarme de tus ganas. Para pringarte de mis ilusiones. Sin ti. Aquí contigo. Y mis dedos resbalando por tus nudillos. Empapados. Subiendo uno,bajando otro. Unidos o aliados. Juntos ahora, antes separados. Tus manos ahora se deslizan lentamente por mis brazos,visitando a mis hombros. Borrando el doloroso pasado. Viajando a un futuro cogida de tu mano. Si nos perdemos por el camino miraremos las líneas de mi mano. Como un mapa. Dirección a tus labios. ¿Presente? Contigo. Claro. Hacen una parada en mi cuello y se tiran como en un tobogán . Riendo. Disfrutando. Lo máximo que pueden disfrutar unas yemas repletas de deseo. Y mi cuello,enamorado de tus huellas como mis ojos de tus besos. Aún sin verte. Existiendo sólo para mí. O no. Quién sabe. Repito, las veces que hagan falta ,que aún sin verte. Como repito que, sí, estoy encantada de conocerte.